Se trata de un Pequeño Baúl de los Recuerdos, un regalo de cumpleaños muy especial para nuestro amigo Pol, uno de los primeros fans de nuestro blog.
De inmediato nos pusimos manos a la obra para convertir una simple caja de madera, en un cofre del tesoro para custodiar aquellas pequeñas cosas que tanto significado tienen.
De inmediato nos pusimos manos a la obra para convertir una simple caja de madera, en un cofre del tesoro para custodiar aquellas pequeñas cosas que tanto significado tienen.
Bonita, ¿no? Pues os explicamos como la hicimos: los materiales son bien sencillos y también lo es su elaboración.
Podemos partir de una caja pintada o predecorada pero si escogemos la caja de marquetería será más personal y mucho mas divertido!!
Empezamos desmontando la caja. Con un destornillador pequeño desatornillamos las bisagras, cierres y todos los herrajes de nuestra caja. De esta forma es mucho mas fácil de manipular y por supuesto, no se mancharán las piezas metálicas.
1. Pintamos la caja con pintura al agua mate, para conseguir un efecto “vintage”. Aplicamos una primera capa azul turquesa y dos capas mas en blanco roto. Para la primera capa trabajamos con el pincel mojado. En la siguientes capas, trabajamos con el pincel lo mas seco posible, para conseguir un efecto “repintado”.
2. Forramos el interior de nuestra caja. Se puede utilizar cualquier tipo de papel o tela que nos guste y combine con la pintura escogida. En Kokekokkó optamos por una tela de lino y la aplicamos como si de unos cortinajes se tratara.
Para ello y empezando por la parte estrecha, colocamos una tira de cinta adhesiva doble cara en el borde superior de caja. En la esquina de la caja pegamos una esquina de la tela y la empezamos a doblar en tablillas. Para sujetar mejor los dobleces, aplicamos un trocito de cinta doble cara, en la parte interior de cada doblez. Repetimos el proceso en el otro lado.
3. En la parte larga de la caja, aplicamos también una tira de cinta adhesiva doble cara en el borde superior, pero esta vez pegamos la tela totalmente estirada. Como nos sobraba tela, empezamos a pegar desde el centro hasta las esquinas, “escondiendo” la tela sobrante en un doblez al llegar a estas.
4. Por último aplicamos cinta de tela adhesiva alrededor de todo el contorno interior para conseguir un acabado mas pulido.
5. A continuación, nos encargamos de la decoración de la tapa. En el exterior optamos por imprimir el nombre y una leyenda. Este tipo de impresión se realiza con un plotter plano, muchas empresas de cartelería e incluso copisterías disponen de este servicio que permite imprimir sobre diversos tipos de materiales, siempre que el soporte sea plano.
6. En el interior de la tapa hemos colocado un pequeño mural de fotos sujetándolo con adhesivo doble cara y rematado con la misma cinta de tela adhesiva.
7. Una vez decorada nuestra caja la volvemos a montar y colocamos unas cintas de sujeción para la tapa utilizando una cinta estrecha de algodón y tachuelas.
Et Voilà !!! Ya teníamos nuestra caja acabada y lista para llenarla de regalos y entregarla a su futuro dueño.
Esperamos que os haya gustado esta actividad!!!!
Esperamos que os haya gustado esta actividad!!!!
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