Ahora que por fin estamos casi todos de vacaciones, es hora de que niños y mayores disfrutemos de esos pequeños placeres de la vida...como por ejemplo tomarse una riquísima horchata para merendar!!
En nuestro afán por la modernidad tendemos a rechazar ciertos productos tradicionales por motivos, en general, poco sólidos. Uno de ellos a sido la horchata, a la cual la industrialización no le ha sentado muy bien, pues ha puesto en el mercado productos que carecen de sus propiedades nutricionales y gastronómicas y que nos llenan el cuerpo de calorías y azúcares.
Una lastima!!! por que la horchata tradicional y artesana es un producto que posee gran cantidad de cualidades beneficiosas, sobre todo para los niños y las personas mayores.
Un poco de historia: la chufa es un tubérculo originario del Sudan cuyo cultivo es milenario. Se sabe que los antiguos egipcios ya utilizaban estos frutos y tanto persas como árabes de la antigüedad, conocían los beneficios digestivos y desinfectantes de la chufa y la usaban como bebida medicinal por considerársela energética y diurética. Fueron los arabes quienes muy posiblemente introdujeron la chufa en la península, pues ya se menciona su cultivo en textos andalusis del siglo XII, aunque de su uso como “orxata” no hay demasiados indicios hasta la reconquista cristiana. Pero no fue hasta el siglo XIX cuando se populariza el consumo de la horchata como bebida refrescante.
Este uso ancestral nos habla de la horchata, no como una bebida refrescante, sino como un alimento de gran valor nutritivo por su riqueza en carbohidratos y grasas vegetales del tipo Omega 9. También posee antioxidantes (vitaminas E y C) y nos aporta proteínas vegetales, concretamente arginina un aminoácido con propiedades cicatrizantes y estimulantes del sistema inmunológico. Si optamos por la horchata sin azúcar, la arginina nos ayudará a controlar la diabetes, siendo además una bebida ideal para niños, embarazadas, madres lactantes e incluso bebes.
¿A que os apetece una horchata?!! pues ahí va nuestra más importante recomedación: acercaos con vuestros hijos a las horchaterías tradicionales, esas que elaboran horchata artesana, natural y de calidad. Y sino disponéis en vuestro pueblo o ciudad de estos establecimientos intentad consumir horchata ecológica.
En Kokekokkó hemos visitado nuestra horchatería de referencia El Tío Ché en el Poble Nou de Barcelona, un establecimiento con 100 años de historia. Nos gustaría citar un texto de nuestra amiga Nora Forne que lo define perfectamente:
Nos recibió Teresa que nos mostró todo el proceso de elaboración de la horchata artesanal, elaborada con chufas de la denominación de origen de la Horta Valenciana. Nos contó la historia de su familia, que es a la vez la historia de un barrio, nos hablo de sus productos: los helados, los granizados, la leche merengada!!!... y de como las nuevas generaciones de su familia y de sus vecinos se unen a esta tradición gastronómica, social y cultural.
En Kokekokkó nos gustaría que compartáis con vuestros hijos todas esas cosas que son tradición e historia, que nos definen y nos alimentan y que son intemporales... para que nunca se pierdan.
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